act. 23:33 hrs. | 10 de oct. 2001
cultura
'En el performance todo se permite'
El performance, disciplina no ajena al
oportunismo y a provocaciones como el desnudo gratuito, explorará durante nueve
días 'La vida en otro planeta' Por JULIETA RIVEROLL / Reforma Con la temática La vida en otro planeta, se realizará la muestra del 11 al 19 de octubre. / FOTO: JUAN IGNACIO ORTEGA |
|
Esta visión es compartida por creadores de España, Canadá,
Francia, Polonia y México, parte del grupo de cerca de 30 artistas que se
encuentra en la ciudad para participar en la Décima Muestra Internacional de
Performance que, con la temática "La vida en otro planeta", se realizará del 11
al 19 de octubre en diversas sedes como el Ex Teresa Arte Actual, el Centro
Cultural del Bosque, el Universum y el Planetario Luis Enrique Erro del
Instituto Politécnico Nacional.
"Se ha generado mucho oportunismo porque
el performance ha establecido una ruptura con los límites y eso provoca que la
gente crea que resulta válido hacer lo que quiera. Se requiere de un público
activo que se detenga a evaluar qué tanto lo que dice el artista es fatuo o
vacío. Además, hay artistas que aparecen y luego desaparecen y sólo regresan si
se presentan buenas circunstancias para hacer performance", opina Elvira
Santamaría.
La performancera mexicana dice no haberse sentido inspirada
por el tema del festival, por lo que decidió aprovechar la coyuntura bélica para
hacer un recuento de nombres de artistas, intelectuales y revolucionarios desde
la Edad Media hasta la fecha.
Según Santamaría, el performance no ha
conseguido entablar un verdadero diálogo entre las distintas expresiones
artísticas que lo forman y difícilmente se genera una compenetración. Para la
francesa Nadia Berkani, quien se presentará acompañada de Bernd Jestram, músico
de la agrupación Tarwater, de un arquitecto y de un industrial, la
multidisciplinariedad representa el "oxígeno".
La artista de origen
argelino considera que las diversas formas de percepción de la realidad no están
disociadas, pues no se puede aprehender el espacio sin la relación con el cuerpo
y el entorno, con el sonido y el movimiento.
Asegura que uno de los
grandes problemas de los artistas franceses es que quieren teorizarlo todo, y
son tan cartesianos que se han olvidado del proceso creativo y de la forma. Ante
el predominio del concepto dejan a un lado la intuición y la sensibilidad,
además de que persiste el miedo a afirmarse de una manera
diferente.
Berkani suele involucrar en sus proyectos a los artistas de la
localidad que visita porque cree que por medio de la representación corporal
puede conocer parte de la visión de su cultura, como es el caso de los
bailarines mexicanos que invitó a participar, en los que dice haber descubierto
algo "arcaico y mineral".
La también videoasta y fotógrafa, interesada en
convertir en fuerza la vulnerabilidad, confía en el poder de la transformación y
por eso no adelanta nada sobre su propuesta, pues hasta ahora todo es una
incógnita ya que los dispositivos que utiliza son creados in situ.
El
cuerpo, protagonista
El polaco Ryszard Piegza es todavía menos
optimista respecto a la situación del performance en Francia, país donde reside,
pues afirma que se vive una situación "catastrófica" por la falta del apoyo
institucional y el hecho de que la enseñanza de ese arte esté circunscrita a
circuitos cerrados.
El trabajo del escultor gira en torno a la fuerza de
equilibrio y a la gravedad, para lo cual aprovechará el hundimiento del foro Ex
Teresa Arte Actual mediante la colocación de siete columnas. Al lado de cada una
hará girar círculos que simulan planetas para dar a entender que la vida es
movimiento y que su trabajo tiene un sentido cósmico al buscar la conexión con
el centro de la tierra.
"El equilibrio no puede surgir de la economía
sino de la creatividad", asegura.
Aunque no niegan la utilización de
medios tecnológicos, la mayoría de los artistas entrevistados reconoce que la
base del performance radica en la presencia del cuerpo, aunque varios apuestan
por el performance que deviene en instalación, como es el caso de Amanda
Gutiérrez, ya que la estudiante de escenografía se valdrá de la elevación y el
descenso de unos globos para referirse a espacios simultáneos en tiempos
disímbolos.
El español David Castro construyó una serie de estructuras
inestables para corroborar cómo la arquitectura regula el hábito y el
comportamiento de las personas. Se trata de pequeñas células en las que no se le
da al participante un patrón de cómo las debe utilizar, para dejar que cada uno
las incorpore a su vestuario como desee. La intención es exigir al espectador
que asuma un rol activo, indicó, para que se dé cuenta de cómo cambiaron sus
"sedes de percepción".
"Se trata de una pequeña semilla arquitectónica y
experimental donde el cuerpo es el protagonista", explica Castro, quien se
divierte observando cómo las personas cada vez que utilizan una de las
estructuras hacen la misma secuencia de gestos y construyen su propio
lenguaje.
El performance seguirá siendo una válvula de escape debido a su
naturaleza transgresora y a que incluso logra llevar el arte a la calle, como
hará la canadiense Marlene Madison al caminar por la avenida Mazaryk en Polanco,
cubierto el rostro con la máscara de un cerdo avaricioso enajenado por el
consumo de prendas, debido a que sólo consigue construirse una
identidad
.